Yo no quiero ir al
cielo
Quiero subir a un
rascacielos
y arrojar el gran peso
que cargo encima.
No me quiero bajar
de esta montaña rusa
con vida.
La película todavía no
se proyecta sobre mí,
todavía no me
aniquila.
No
No quiero ir al cielo,
quiero mi paraíso artificial,
una droga asesina,
aquí y ahora.
No puedo esperar.
Quiero bailar,
reírme de mi
como si fuese mañana,
como si hubiese
amanecido.
No
Muchas gracias pero
no.
No quiero que me
quites la esperanza.
No y 24 horas no.
Puedes tragarme sorbo
tras sorbo
y observar como me
consumo.
La cocaína está
servida en la mesa,
hay una copa de vino
también.
Esta vez no me
equivoco
aspiraré algo mejor
que ser.
Te dejaré creer que me
salvas.
No deseo ir al cielo,
ya no le temo al
sufrimiento, ni al infierno.
Y después de tanta espera, no habrá valido la pena
quedarse atrapada
mientras.
Al cielo se va descalza,
después de un largo peregrinaje
lleno de espinas que
se te clavan,
cuando caes e intentas
sujetarte a lo que sea.
A una mentira blanca
aunque no sea
suficiente para poder sujetar
tu fe, siempre se desprende.
Esa fe que por momentos
desaparece…
Al cielo no voy
porque si hago algo bueno, es porque así lo deseo.
Ya tuve suficiente.
No hago bondades para
merecer el cielo.
Señor, no quiero ir al
cielo,
no deseo más, del
cielo y sus dogmas asfixiantes,
no más voto de obediencia irracional,
ni absolutismo
porque soy libre
para morir y escoger cuando.
No seré una ilusa,
tengo las palmas de
mis manos aun para ocultarme de la luz
para que no me haga
daño.
Me he vestido y me he
desnudado como en el Edén
pero nadie comprende,
que soy libre.
Te das cuenta…
lo feliz que soy
cuando no me hablas?